Un hombre se
encontró un huevo en el camino, el huevo pertenecía a un águila. El
hombre lo recogió del suelo y al llegar a su granja lo colocó
en el nido de una de sus gallinas. Pasaron
unos días y el aguilucho salió del cascarón criándose con los todos los
polluelos de la granja.
El
águila paso su vida comportándose como una gallina. Rascaba la tierra buscando
pequeñas semillas e insectos para alimentarse. Cacareaba y cloqueaba como las
gallinas. Cuando quería volar, solo batía levemente sus alas de
modo que apenas se elevaba un metro sobre el suelo. Nada de eso le parecía
anormal ya que así era como comportaban las demás gallinas.
Un
día vio que un ave majestuosa volaba por el cielo despejado.
-¡Qué
hermosa ave! -le dijo a una de las gallinas que se hallaban a su lado. ¿Qué
tipo de ave es esa?
-Es
un águila, “la reina de las aves” – le contesto su compañera. Pero no te hagas
ilusiones y ya no la mires más que tú nunca serás como ella.
El
águila se dejó llevar por los consejos de las otras gallinas y simplemente dejó
de prestarles atención a las águilas que volaban sobre la granja. Al
final el águila murió creyendo que era una gallina.
Moraleja- Tu
pensamiento es el más importante, si una persona se conforma a ser como una
gallina terminara sus días como gallina. Toda persona está llamada a lograr sus
metas, conquistar sus sueños, y volar tan alto como las águilas. J
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